Sanidad Interior O Sanidad Del Alma -II Parte

May 30, 2018 | Sanidad Del Alma

Sanidad Interior O Sanidad Del Alma -II Parte

II Corintios 7:1 dice: “…limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu…”. La amargura, odio, rechazo y heridas pueden contaminar tu espíritu. Dios nos quiere libres de esta contaminación, para llegar a ser una iglesia madura. Efesios 4:13 dice: “hasta que todos lleguemos… a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

En otras palabras, el Espíritu Santo te llevará a ese punto de madurez y a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Esta madurez viene a través de relaciones estables. La más importante de todas es la relación con el Padre Celestial, en la cual tendrás su amor y aceptación. Así, tú podrás estar frente a él, como un hijo suyo, sin condenación o rechazo, sin actitudes fingidas. De ese modo, tú estarás descansando en su amor y caminando en su aceptación. Sólo esta relación puede darte madurez en tu caminar espiritual, no es a través de doctrinas, credos, reglas o alguna formalidad de la iglesia. La madurez viene de las relaciones, con el prójimo y con Dios; camina con él y te vendrá el cambio hacia la madurez.

La meta del cristiano es caminar con el Señor, llegar a ser un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. La llenura de Cristo sólo puede ser recibida por un cristiano con madurez. La inmadurez lo hace a uno vulnerable al engaño y al dominio del hombre. El crecimiento viene a través de decir la verdad con amor; el Señor no sólo quiere embellecer a su iglesia, también busca su unificación.

Efesios 4:16 dice: “de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente…” ¿Cómo está unido el cuerpo? Está unido por todas las coyunturas, según la actividad propia de cada miembro. La unidad del cuerpo sucede cuando cada miembro se une entre sí.

Muchos han experimentado dolor cuando se han unido a alguien lleno de amor. Otros han experimentado temor o inseguridad; han querido correr y esconderse, al no saber cómo aceptar el amor. Dios está ligando miembro con miembro; en fin, está uniéndonos.

No sólo nos está embelleciendo, sino también nos está uniendo al cuerpo. Toma nota: “bien concertado y unido entre sí por las coyunturas”. Tenemos que aprender a dar y recibir relacionándonos. A través de lo que nos habla esta parte del libro de Efesios podemos ver los problemas de las relaciones.

El enemigo trabaja mucho buscando separarnos, y en gran parte lo ha logrado, inyectando en nuestro ser espiritual los elementos de desintegración y separación. Con esto no podemos amar ni relacionarnos. Quiero hacerte saber que el Espíritu Santo está obrando para volvernos al punto donde perdimos la confianza y unión.

De esta forma podremos nuevamente relacionarnos y cada coyuntura y cada miembro funcionará según su actividad propia, en la edificación del cuerpo de Cristo. También continúa el versículo diciendo: “…recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. Este es un versículo muy hermoso; te sugiero que lo medites; en él podemos ver que el propósito de la sanidad interior es unificar a la iglesia.

Los muros de rechazo y temor deben caer. Los miembros de la iglesia deben relacionarse entre sí; el cuerpo debe ser unido por cada miembro, para recibir la llenura de la cabeza que es Cristo. El amor debe fluir de un miembro a otro, como un agente de unificación.

Este es el propósito de la sanidad interior; embellecimiento de la novia y unificación de la iglesia. Creo que es el propósito bíblico de este ministerio. Ahora quiero que lo veamos de una forma práctica.

¿Cuál es la llave de la sanidad interior? La que funciona al perdonar y olvidar. Filipenses 3:13 dice: “…olvidando ciertamente lo que queda atrás…” Eso es lo que este ministerio hace, separarte de lo que queda atrás; sanando relaciones rotas, desatando amarguras, heridas, rechazos y el pasado.

Como comenté anteriormente, lo que dice en Isaías 43:18, “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”. Nos recuerda que hay que olvidar ciertas cosas ¿Cómo olvidamos? Perdonando; el perdón desata el pasado. Lucas 6:37 dice: “…perdonad, y seréis perdonados.” Este proceso de desatar viene a través del perdón. Las heridas son desatadas, nosotros somos desatados.

Mientras lleves amarguras y odio del pasado en tu corazón estás atado. Permite a Jesús sanar las heridas causadas por esas ataduras del pasado. Deja que entre él en tu experiencia para traerte sanidad. Al recibir Su amor se elimina el rechazo y la soledad de la herida. La sanidad interior no borra el recuerdo del pasado, pero sí elimina el dolor de la herida de ese recuerdo.

La presencia del Señor se manifiesta esencialmente en la sanidad interior, en el momento de la herida. Voy a ilustrarlo de la siguiente forma; lo he visto varias veces con mis hijos. Un niño es lastimado en el juego afuera o en el patio. De repente se oye un grito o llanto y uno piensa rápidamente: lo más seguro es que se le quebró una mano o se le destrozó la cara o algo malo ha sucedido. Sale uno corriendo y se encuentra con que es una herida pequeña, con una poca de sangre; nada grande. Al tomar al niño en los brazos él deja de llorar. ¿Qué sucedió? No fue que el dolor se haya ido inmediatamente o que algo de la caída haya cambiado. Lo que ocurrió fue que cuando lloraba y gritaba sufría solo, pero con la presencia de la madre o el padre, el dolor disminuyó, el temor y la ansiedad de su espíritu desaparecieron, pues él fue confortado.

El dolor estaba todavía ahí, pero él lo olvidó al ser confortado. Quedó desatado por su padre y eso es exactamente lo que Dios hace por nosotros; los dolores más profundos son los que se sufren estando solos; no puedes comunicarlo ya que nadie está cerca.

Si a ti te han herido hace muchos años, pero el dolor y la memoria son tan reales; como si fueran de ayer, ¿qué es lo que se puede hacer para eliminar ese recuerdo? Permite a Jesús ir atrás, a esa experiencia; podrás sentir el mismo consuelo que el niño experimentó con la llegada de su padre. La presencia y amor del Señor Jesucristo, en ese momento, eliminará el dolor y el temor; Jesús quitará todo rechazo e inseguridad. He observado mucho esto al estar ministrando a personas que han sufrido ciertas cosas en su niñez; como un hogar con muchos problemas, y opresiones.

Yo le ruego al Señor que te tome de la mano y te lleve a ese lugar o casa donde sucedió el problema.  El acto de desatar viene cuando se pide la presencia del Señor en esa casa, y que cubra con su amor al niño, que entonces eres tú, para quitar las opresiones que entraron en esa ocasión, y que sane los dolores. Si en el momento hay cosas específicas que mencionar, dilas. Pero pide que Su presencia vaya a ese momento.

He visto a personas desatarse y sanarse de una forma maravillosa al ir tiempo atrás, hasta su niñez,  y ver al Señor Jesús caminar con ellos a través de esa experiencia.

El Señor quita los recuerdos malos y afirma los buenos; todo lo sano que puedas experimentar en el espíritu. La obra de sanidad interior quita lo negativo y pone lo positivo, permitiendo la entrada a lo que no se había recibido hasta ese momento. CONTINUARÁ

NOTA: Este tema esta sacado del primer libro escrito en latinoámerica sobre el tema de la Sanidad Interior o Sanidad del Alma y se llama HERIDO Y SANADO. Te recomiendo obtener este material en jimmycoleman.org/index.php/tienda/ para profundizar tus estudios y conocer el propósito de Dios para la paz interna. Bendiciones

 

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