Raíces de Rechazo

Al aconsejar a distintas personas y al tratar con sus problemas encontramos que es en esta área del rechazo donde se sufre con heridas bien profundas.

Estas enseñanzas son para liberar al pueblo de Dios. Al recibir a Cristo Jesús recibimos vida ya que é1 es el autor de la vida, pero seguimos teniendo ataduras. Lo ilustro con el caso de Lázaro. Él estaba muerto hacía cuatro días; Jesús le habló al muerto y éste recibió la vida. Este hombre recibió vida, pero estaba amarrado; Jesús les dijo a los hombres que lo desataran, para que se fuera libre; él no lo hizo, sino que dijo a los hombres que ellos lo hicieran.

Llegan personas a todas las congregaciones y al recibir a Jesús nacen de nuevo, del espíritu; reciben vida, pero al no ser liberados en las otras cuatro áreas que son: voluntad, mente, emociones, corazón y cuerpo, éstos permanecen atados; tienen vida, pero están atados.

Si estos nuevos hermanos no reciben la verdad en estas áreas, la vida cristiana llega a serles una carga. Leerán la Biblia: “Yo he venido para que tengan vida y que la tengan en abundancia”, “Mi paz os dejo mi paz os doy”. “De su interior correrán ríos de agua viva”, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Todo esto es verdad, pero para la persona es sólo conocimiento; es letra, pero no es vida; no es una forma de vida, no es una realidad.

Hay muchos líderes que no conocen estas verdades y dicen a su pueblo que estas son doctrinas satánicas, en vez de acercarse y aprender más de Dios; en otras palabras, ser humildes; Satanás no respeta a ningún cristiano que quiera caminar en el orgullo.

Al tener varios años en el ministerio toman eso como sello de aprobación de que saben todo; dicen que tienen experiencia. Estoy de acuerdo, yo también tengo experiencia, pero mi experiencia no sobrepasa la palabra de Dios y su Espíritu.

Hermanos líderes, la Biblia nos habla de dos cosas, una es la obediencia y la otra es la sujeción. En nuestras iglesias hay confusión y temor al uso de éstas. Muchos miembros están atados, bajo el yugo de la esclavitud, y Satanás se aprovecha de su ignorancia.

La Biblia nos enseña que debemos estar sujetos a todas las personas; se refiere a gobierno, amos, esposo, esposa, unos a otros, pastores, etc. La sujeción es una actitud, un respeto, desear lo mejor, cuidar, no criticar a la persona, etc. Vemos que la sujeción es total.

La obediencia es relativa; la obediencia es a Dios y no a los hombres. La única forma por la cual debes obedecer al hombre es cuando él está obrando conforme a la voluntad de Dios. Se puede estar sujeto y no ser obediente.

Sé que lo que aquí escribo va a causar problemas, ya que Satanás no quiere que se den cuenta de esta verdad, o tal vez tú como líder en este momento te estás enojando, estás en contra de lo que estoy exponiendo. Puede suceder que estés pensando que soy un hereje, pero no; estoy presentando la verdad de Dios.

Si tú me preguntaras: ¿Lo que acabas de exponer me lo puedes enseñar en la Biblia? Te diría: claro y con mucho gusto. Busca en el libro de Daniel l: l-2l; verás a Daniel sujetándose a las órdenes del rey, pero sin obedecerla. Otro caso es en Hechos 5:25-29 y 41-42. Los apóstoles recibieron órdenes, se sujetaron a los hombres, pero obedecieron a Dios.

Quien no entienda esto, nunca va a hacer nada en el reino de Dios debido al temor. Hay muchos que quieren aprender, conocer más a Dios, pero hay temor de lo que vayan a decir los demás líderes. Deben sujetarse al líder, pero obedecer a Dios. El perfecto amor echa fuera el temor. Gálatas 5:1 dice “Estad, pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.

Dios te ama, él no te rechaza; el rechazo viene de las relaciones con personas; no eres rechazado por tu caballo, por tu gato o tu perro. Esto comienza con los padres, amigos, noviazgo y luego en el matrimonio.

Muchos de los que están leyendo este libro, ahora mismo están sufriendo por sus relaciones truncadas en el matrimonio; rechazados por el esposo o la esposa, por sus padres, por sus hijos. La amargura y el rechazo tienen síntomas distintos y hay que verlos separadamente.

El hombre está creado a la imagen y semejanza de Dios, su necesidad básica se llena con el amor y la comunicación, es vital ya que somos criaturas de relaciones. Esta necesidad básica se llena a través de las relaciones, comenzando en el hogar, con los padres y continuando en el matrimonio.

En la relación padre-hijo es donde se forma el carácter del niño, y también la semilla de sus problemas es plantada. El rechazo entra a una persona cuando le es negado el amor, la seguridad, la aceptación, la identidad y la aprobación. Estas son las necesidades básicas del adulto, del niño y de cualquier persona.

El rechazo destruye totalmente a la persona, ya que le es negada su necesidad básica. Dios no nos hizo para vivir con el rechazo; nuestro sistema no lo puede aguantar por mucho tiempo; cuando eso sucede aparecen muchas cosas en la vida, como la pérdida del sentido de valor. Al hablar con muchas personas que vienen a buscar ayuda, yo los comparo con el peso frente al dólar; cómo han perdido su valor.

Si tú eres una persona que ha perdido su sentido de valor, debido al rechazo, yo tengo buenas noticias; hay solución; Cristo puede darte una buena autoestima. Cuando a una persona se le niega el amor, la aceptación y la seguridad, abre una puerta, y ahí es por donde entra el rechazo. El amor y la aceptación es lo que da el valor.

El concepto que tienes de tu persona viene a través del amor y la aceptación, y si te es negado te sientes sin ningún valor. Esa es una de las señales o síntomas que indica que hay una raíz de rechazo destruyendo poco a poco; y no sólo hace eso, sino que te quita la capacidad de dar o recibir amor. Te vas paralizando emocionalmente; te es difícil relacionarte.

Se diría que es algo trágico lo que está pasando contigo. Recibiste a Jesús, tienes vida eterna te escuchamos decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, pero internamente no tienes una buena estima de tu persona, ni sentido del valor. Como dije anteriormente, eso indica que hay raíces de rechazo las cuales producen una herida profunda y te destruyen. ¿De dónde viene el rechazo y cuál es su fuente? De las relaciones y la primera es de PADRE-HIJO. Este rechazo puede comenzar aun antes de nacer el niño. No debe sorprenderte si escribo esto; lo he encontrado muchas veces. Al estar en consejería el Espíritu Santo ha revelado que la madre transmite o comunica ciertos problemas al niño; puede hacerle sentir su rechazo. Todo esto es verdad; si la madre quedó embarazada y no era su deseo, este sentir de la no aceptación pasa al feto.

El feto es un ser viviente, su vida comienza en el momento de la fecundación del espermatozoide al óvulo; la formación del cuerpo es bastante rápida; en los dos primeros meses éste está completamente formado, y durante los otros siete meses se va desarrollando hasta al nacer.

Tal vez tengas problemas con lo que estoy diciendo y comiences a criticar que lo que escribo es pura psicología. No, amado lector, es bíblico. El niño capta antes de nacer. En el Salmo 22:10 dice David: “Desde antes de que yo naciera fui puesto bajo tu cuidado; desde el vientre de mi madre, mi Dios eres tú”; no sé cómo lo supo, pero yo lo creo.

En Lucas 1:41, Dios nos hace saber que la madre de Jesús fue a visitar a la madre de Juan el Bautista y dice textualmente la palabra: “Y aconteció que cuando oyó Elizabeth la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elizabeth fue llena del Espíritu Santo”. No sé si captaron lo que el Señor está enseñando. Las emociones de felicidad de Elizabeth afectaron al niño de tal forma que saltó.

En el versículo 44 dice Elizabeth: “Porque tan pronto llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre”. Con estos versículos quiero demostrar que el niño es sensible a las cosas; aun antes de nacer.

Lo que me es imposible decir, es cuántas cosas les son comunicadas en ese lapso de tiempo, y cuánto entienden. Los psicólogos seculares que saben de esto dicen ahora que mucho es comunicado al niño y mucho es entendido por él desde antes de nacer.

Quienes practican el aborto afirman todo lo contrario; dicen que el niño que aún no ha nacido no es un ser viviente, y eso es una mentira. Antes de nacer, definitivamente es un ser espiritual. Entiende y percibe a cierto grado; no tiene mucho entendimiento, pero tiene percepción espiritual.

Al aconsejar hay veces que uno llega a saber, a través de alguno de los dones, cuánto sufrió la persona, aun antes de nacer. Tal vez trataron de abortarla y esa intención quedó grabada en la parte emocional; es como una nube oscura, que aun siendo adulto produce un temor a la muerte. No estoy generalizando esto de la muerte pues son síntomas que aparecen como consecuencia.

En uno de los capítulos anteriores les di el ejemplo de la niña que tuvo la visión de una mujer que empujó a otra por las gradas de una escalera y ésta se agarró de la ventana. Esta ilustración tal vez parece extremista. No sé cómo pudo saber eso, pero quiero resaltar que esta niña absorbió algo.

Los niños absorben, sienten cuando no son amados, o no son deseados; cuando son rechazados y muchas otras cosas que su madre les transmite. Nuestro segundo hijo tiene unos síntomas que mi esposa experimentó durante el embarazo. Ella pasó por un período difícil y él absorbió y sufrió mucho de su opresión y rechazo.

Es muy importante que se cubra al niño de amor y oración, y que la madre se mantenga bien, espiritualmente. Al aprender este principio lo apliqué con mis dos últimos hijos; hablaba con cada uno de ellos antes de que nacieran; les decía cuánto los amaba; que estábamos esperando su llegada. Ponía mi mano sobre el vientre de mi esposa y oraba por ellos.

Lo hacía día tras día y el Señor protegió a esos niños y tienen un espíritu muy dulce y suave. No permití a Satanás tocarlos antes de nacer.

Niños adoptados. Son rechazados por sus propios padres y lo llegan a percibir. Sienten que los tuvieron y los regalaron como cosas.