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Mitos Sexuales Masculinos II Parte

El tercer verbo es entrar a o llegó a – Cuando Abraham se acostó con la criada de Sara y la dejo embarazada. Se describe como llego a

Con mucha frecuencia existen mitos sexuales que provocan ansiedad a los hombres que no son problemas sexuales reales. Existe a menudo la preocupación de que la eyaculación es menor con el paso del tiempo. No obstante pueden existir algunas condiciones de enfermedad. Para la mayoría de los hombres esto simplemente refleja una disminución natural debido a la edad.

La creencia de que la cantidad de semen que se eyacula refleja en cierto modo la potencia de un hombre. Es consecuencia del mito machista de que un hombre debe eyacular tanto como un toro. De hecho, existen algunos hombres ignorantes del sexo que sostienen firmemente que la cantidad de semen que eyaculan es un reflejo de su masculinidad, ¡vaya insensatez!

El fluido seminal es simplemente el acto por el cual se descarga el semen en el conducto vaginal y así los espermatozoides inician su trayecto al útero. 

Continuación

CALIDAD…NO CANTIDAD

La masculinidad es una cuestión de calidad social, no de cantidad física. Entre otras cosas, la verdadera masculinidad se vincula con la manera en que un hombre se relaciona con una mujer: qué tan considerado es, qué tan amoroso es, qué tan capaz es de excitar y complacer a la mujer y qué tan sensible es él a las necesidades emocionales y físicas de ésta.

El valor de un hombre como amante no puede medirse en cantidad de eyaculación ni en longitud del pene erecto.  Este mito machista referente a la cantidad de eyaculación tiene otro aspecto; existen hombres que se preocupan porque al ser mayores de edad, la fuerza de la eyaculación es menor. En vez de ser expulsado en chorro a ciertas pulgadas de distancia, se quejan de que sólo gotea.

Esto puede deberse a algunos problemas físicos, por lo que en la mayoría de los hombres tal situación no indica ningún problema. Ciertamente no tiene nada que ver con qué tan buen amante es o si es capaz de procrear más hijos. La calidad de los orgasmos y la vida amorosa de un hombre depende de la sexualidad mental, no de la fuerza y volumen de sus fluidos seminales.

Un hombre de ochenta años de edad puede sostener una buena relación amorosa, activa y satisfactoria, mientras que un joven de veinte años con esa fuerza puede llevar una vida sexual insatisfactoria y sin amor. Continuará

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Dr. Jimmy Coleman