Las Cinco Mentes II Parte

May 7, 2018 | Crecimiento Cristiano

¿Cómo operan los espíritus malos en el hombre?

Desde luego, a través de una mente en blanco y una voluntad pasiva. Los espíritus malos tienen tres características que podemos reconocer cuando operan en alguien:
1 – Sus pensamientos siempre invaden desde afuera, al entrar en forma principal por la mente.2 – Sus pensamientos presionan, empujan al hombre a tomar una decisión inmediata.

3  –  Sus pensamientos confunden y paralizan la mente para que la persona no pueda pensar de una forma clara.

Con todo esto, vas a analizar desde que comiences a poseer la tierra de tus pensamientos, si has estado sujeto a una mente pasiva y al poder del diablo, el cual estará trabajando a través de ti con malos pensamientos, empujando hasta paralizarte. Recuerda que esto es una lucha espiritual, la que tendrás que enfrentar para poder vencer.

La parte tétrica de esta condición es que muchos creen que “así son ellos”, pero la verdad es que Dios no los creó de esa manera, y su intención no es que vivan así. El quiere que todos lleguen al grado de controlar sus pensamientos, que no sean empujados, sino guiados por el Espíritu; con paz en su mente podrán concentrarse en Dios con libertad para recibir su palabra, su verdad.

Son síntomas de la pasividad, obra del enemigo:

(1) Pensamientos extraños que vienen e interrumpen el nuestro.

(2) Pensamientos que se van (uno tiene algo en la mente y de pronto se va, lo cual es anormal e incorrecto; puede indicar interferencia del enemigo).

(3) Pensamientos cautivados por ciertos patrones como rechazo, preocupación, temor, ansiedad, negativismo, pesadez sobre la mente; todo esto no es normal, indica problemas espirituales, mente cautivada por patrones de pensamientos.

(4) Frases sin sentido como: “usted es más espiritual que los demás”, lo que al aceptarse, da paso al orgullo, y éste al engaño; <<su obra sacudirá al mundo>> es otra frase sin sentido que ha llevado a muchos al engaño; <<salga y viva por fe ahora mismo, pruebe a Dios>>, esto sin duda alguna viene del diablo, para confundir y hacer caminar sólo en círculos.

(5) Descontrol de la imaginación.

(6) Sueños.

(7) Insomnio. Había una joven con una mente pasiva y el enemigo hacía que ésta le corriera como un motor a toda velocidad. ¿Te ha sucedido algo así, como cuando, por ejemplo, llegas a tu casa, cansado, te acuestas y tu mente comienza a correr, correr y pareciera como que no pudieras detenerla? El enemigo te puede cansar con algo como eso; son síntomas de pasividad.

(8) “Olvidar las cosas” es otra obra del enemigo, y lo peor es que te hace creer que eres así, incapaz de recordar, retener, memorizar nada; estoy seguro de que si te paras firme para poseer la tierra de la mente vas a darte cuenta que eres mucho más inteligente de lo que pensabas.

(9) La falta de concentración puede ser también síntoma de la obra satánica: tu mente comienza a vagar; te sientas a leer, por ejemplo, y de repente ya estás divagando; tu mente no está hecha para eso, sino para tener control.

10) Pérdida de la habilidad para comunicar, lo cual puede funcionar de dos maneras; la persona se convierte en una máquina parlante, habla sin parar y no sabe escuchar, no piensa, no cesa y no termina de hablar, otros son todo lo contrario, no son capaces de decir nada, les es difícil exteriorizar sus pensamientos y comunicarlos; charlar demanda de ellos un tremendo esfuerzo.

(11) Inhabilidad para razonar, es difícil para ellos llegar a una conclusión lógica.

Esos espíritus malvados invaden a la mente, sus pensamientos empujan al hombre a tomar una acción inmediata. Antes de llegar a ser un hombre o una mujer de Dios tienes que aprender, primeramente, a estar quieto, a no ser obligado ni empujado por los pensamientos que vienen a tu mente. El enemigo trae a ti pensamientos que confunden, paralizan, nublan el proceso de pensar, lo cual no es de Dios y no es la solución creer que vas a deshacerte de la mente, todo lo contrario, debes poseerla controlando todo pensamiento y renovándolo. II Corintios 10 dice que derribes argumentos, los que vienen de Satanás a través de tu mente y de tus pensamientos y que derrumbes toda altivez. Muchos tienen conceptos equivocados de su persona; es necesario, por tanto, que renueven su mente, destruyendo esas cosas que vienen en contra del conocimiento de Dios y llevando todo pensamiento a la obediencia. Recuerda que una mente pasiva brinda libertad al diablo para introducir toda clase de pensamientos viene a ser como una parada de camión en donde entran, salen, paran, hay ruidos de motores, humo, confusión. En un tipo de mente así, no hay descanso, sino tormento.

Mente renovada. Haber nacido del espíritu, no significa que tienes una mente renovada. Puedes ser muy espiritual y tener áreas no renovadas en tu mente. Te puedes encontrar muchas veces con hermanos a quienes consideres muy espirituales y de repente los ves actuando en contraposición con esa imagen que te habías formado de ellos; esto indica que, a pesar de su espiritualidad, su mente necesita continuar en ese proceso indispensable de renovación, porque aún hay brusquedad, inflexibilidad, etc.

La mente ha estado tanto tiempo conectada con la carne, que es muy fácil ir marcha atrás y volver a la carne; pero en nuestro caminar cristiano no debemos llegar a ese punto; sin duda alguna hay un reto por delante, una resolución que tomar: decidir por la carne o por el Espíritu; pues la mente es parte importante, fundamental, para una vida victoriosa, es el primer territorio que hay que conquistar y poseer. Si podemos tener la victoria en nuestros pensamientos, la tendremos también en muchas áreas de nuestra vida; la mente, el pensamiento, es donde se trata con la carne.

Aquella que no es renovada viene a constituirse en una mente carnal. Las Escrituras la describen como “oscurecida, endurecida”, y no cambia automáticamente al aceptar a Cristo; es un proceso. Hay que hacer mucho después de la salvación; la victoria continua depende de cómo llegues a poseer la tierra de la mente; II Corintios 10:5 nos habla de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo Jesús. La estrategia de Satanás es ocupar el área de la mente, su campo de batalla para mantenernos sumidos en el engaño, la pasividad y la derrota. Valiente, pero muy valiente, como Josué, debes levantarte en esa lucha espiritual, para poder poseer la tierra árida de la mente que nunca has usado; hay malezas que Satanás puede utilizar como instrumento para destruirte; debes luchar para que todas las áreas de tu mente sean renovadas, pues basta con que una sola área esté a su disposición para que por allí trate de infiltrarse y acabar con tu vida. No puedes permanecer sentado, desocupado, pues los problemas se tornarán más fuertes en un futuro cercano. Ahora es ya el momento escogido para que la mente siga al Espíritu.

La solución de Dios. Hemos tratado sobre la mente no renovada, engañada, carnal y pasiva, y sobre las áreas que el enemigo generalmente ocupa en ella. II Corintios 10:3-5 dice: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.

La lucha, la grande y buena batalla espiritual exige que nos pongamos la “armadura de Dios” –Efesios 6- para mantener vencido y aplastado a nuestro enemigo número uno, Satanás. Vimos cuáles son sus estrategias cuando revisamos el estudio acerca de la armadura de Dios. Una de ellas es venir en contra nuestra con mentiras y engaños; y la parte de la armadura que Dios nos ha dado para esa área es el cinturón o la faja de la verdad; I Pedro 1:13 nos dice: “… ceñid los lomos de vuestro entendimiento”, para hacerle frente al autor de la mentira y el engaño; ciñe el lomo de tu pensamiento con la paz de Dios; el enemigo viene con acusación y condenación, y para ello tenemos que ponernos la coraza de la justicia. En Isaías 26:3 dice: Tú guardarás en completa paz a aquél cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. En Filipenses 4:6-8: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza; en esto pensad”.

Otra cosa que viene contra la mente es la confusión; contra ella debemos tener “calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”, que es parte de la armadura de Dios.

La incredulidad es otro ataque contra la mente; aquí se toma el escudo de la fe, para contrarrestar los dardos de fuego del enemigo, y apagar los argumentos contrarios a la verdad; para resistir firmes en la fe”, 1 Pedro 5: 9, para lo cual también es necesario el yelmo poderoso de la Salvación.

Otra estrategia de Satanás es la duda y el temor pero aquí usamos la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. En resumen, el enemigo trabaja contra la mente, con engaño, mentiras, acusación, confusión, duda, argumentos contrarios a la verdad, temor e incredulidad.

Ponerse la armadura de Dios es prepararse para la buena batalla espiritual que se realiza, principalmente en el área de los pensamientos. Para destruir todas las estrategias del diablo hay que ponerse la armadura de Dios eso es tomar una posición de batalla y entrar en ella. Ponerte la armadura significa que has decidido quebrar el patrón de pensamiento establecido por el enemigo; es tomar la decisión contra las mentiras, los engaños, etc.; conceptos adversos acerca de tu persona, de Dios y de otros. Es urgente destruir esos patrones equivocados de pensamientos controlados por el enemigo; debes tratar con ellos ciñendo los lomos de tu entendimiento con la verdad.

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