El Témpano De La Ira
¿Te has preguntado por qué nos enojamos? Según el psicólogo Daniel Goleman, “Las emociones son, en esencia, impulsos para actuar y actuamos instantáneamente conforme a la programación que aprendimos desde la niñez”.
En su libro Inteligencia emocional, Goleman nos dice que la ira hace que fluya sangre a nuestras manos, lo que nos facilita golpear a un enemigo o sostener un arma. Nuestro ritmo cardíaco se acelera y una avalancha de hormonas, incluida la adrenalina, crean una oleada de energía lo suficientemente fuerte como para tener “acción vigorosa”. De esta forma, la ira se ha arraigado en nuestro cerebro para protegernos.
El propósito de la ira
Piense en la ira como un iceberg, un gran trozo de hielo que se encuentra flotando en el océano abierto. La mayor parte del iceberg está escondida debajo de la superficie del agua. De manera similar, cuando estamos enojados, usualmente hay otras emociones escondidas debajo de la superficie. Es fácil ver la ira de una persona, pero puede ser difícil ver los sentimientos subyacentes que la ira protege.
Por ejemplo, David creía que tenía un problema de ira. Cuando su esposa le pedía algo, la criticaba. No le gustaban sus reacciones, pero sentía que no podía evitarlo. Cuando empezó a pensar claramente comenzó a notar el espacio entre su ira y sus acciones, abrió la puerta hacia un profundo entendimiento.
Él realmente no tenía un problema de enojo. En cambio, sintió que su esposa le estaba imponiendo exigencias imposibles. Al tratar de comprender y aceptar su ira, en lugar de corregirla o reprimirla, comenzó a mejorar su matrimonio al reconocer su enojo como una señal de que necesitaba establecer límites saludables para lo que haría y lo que no haría.
La historia de David señala un concepto importante. “Nuestros sentimientos crudos pueden ser los mensajeros que necesitamos para enseñarnos cosas sobre nosotros mismos y pueden ayudarnos a comprender las direcciones importantes de la vida”. Su punto es que hay algo más debajo de la superficie de nuestra ira.
La ira como un protector de los sentimientos en carne viva
La ira a menudo se describe como una “emoción secundaria” porque las personas tienden a usarla para proteger sus propios sentimientos crudos, vulnerables y abrumadores. Debajo de la ira de David estaba el agotamiento puro y la sensación de que no era lo suficientemente bueno para su esposa. Entonces su enojo lo estaba protegiendo de una vergüenza profundamente dolorosa.
Aprender a reconocer el enojo como un protector de nuestros sentimientos crudos puede ser increíblemente poderoso. Puede conducir a conversaciones sanadoras que permitan a las parejas, a los niños y a los padres comprenderse mejor.
En el témpano de la ira se muestran las “emociones primarias” que acechan bajo la superficie. A veces es vergüenza, soledad, agotamiento o miedo.
Tres consejos para escuchar la ira
Una de las cosas más difíciles de escuchar es la ira de un niño o un amante, especialmente cuando se dirige a nosotros, es que nos ponemos a la defensiva. Queremos luchar cuando nuestra propia ira hierve a la superficie. Si esto sucede, nos enfrentamos en una acalorada batalla verbal que hace que ambas partes se sientan incomprendidas y lastimadas. Aquí hay tres consejos poderosos para escuchar la ira.
1. No lo tomes personalmente
La ira de su pareja o hijo generalmente no se trata de usted. Se trata de sus sentimientos primarios subyacentes. No tomar esto personalmente requiere un alto nivel de inteligencia emocional.
Una de las formas en que hago esto es volviéndome curioso de por qué están enojados. Es mucho más fácil para mí ponerme a la defensiva, pero he encontrado que pensar, “Wow, esta persona está enojada, ¿por qué es eso?” Me lleva a un viaje para ver las emociones crudas que están protegiendo y realmente nos acerca más.
2. NUNCA le diga a su compañero que se “calme”
Cuando trabajo con parejas y uno de los socios se enoja, he visto a la otra pareja decir: “Cálmate” o “Estás reaccionando de forma exagerada”. Esto le dice al destinatario que sus sentimientos no importan y que no son aceptables.
El objetivo aquí no es cambiar o arreglar las emociones de su pareja, sino sentarse en su iceberg de ira con ellos. Comunique que comprende y acepta sus sentimientos.
Cuando haces esto bien, la ira de tu compañero se calmará y la emoción principal subirá a la superficie. Sin mencionar que se sentirán escuchados por ti, lo que genera confianza con el tiempo.
Tal vez creciste en una familia en la que no se permitía la ira, de modo que cuando tu pareja la expresa, se siente paralizada y te paralizas. O tal vez tratas de resolver su enojo por ellos porque su enojo te asusta. Ábrete para experimentar tu espectro completo de emociones y el de tu pareja.
3. Identificar el obstáculo
La ira a menudo es causada por un obstáculo que bloquea un objetivo. Por ejemplo, si el objetivo de su pareja es sentirse especial en su cumpleaños y el miembro de su familia que falta a su día especial los enoja, identificar el obstáculo le dará una idea de por qué están enojados.
La conclusión es que las personas se sienten enojadas por una razón. Es su trabajo entender y sentarse con ellos. Al hacerlo, no solo los ayudará a comprender su enojo, sino que se acercarán a ellos en el proceso.
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