Consejos Para El Ministerio De Liberación III PARTE

May 15, 2018 | Liberación

Consejos Para El Ministerio De Liberación

III PARTE

  1. LA LIBERACION NO SUSTITUYE EL PERDONAR Y CONFESAR LAS FALTAS

Muchas veces los cristianos pretenden sustituir el perdonar y el confesar sus ofensas, con la liberación, en vez de tratar con las relaciones truncadas que salen del odio, o con la amargura que viene por la falta de perdón.

Cuando hay relaciones rotas en su ministerio y quiere tratarlo en el nivel de demonios, es un error, es un extremismo, y no va a lograr lo que Dios quiere que logre en el ministerio.

Somos criaturas de relaciones, y es allí donde debemos de iniciar al ministrar al aconsejar.  Comience con relaciones truncadas, con el odio, con la amargura, y establecerá un fundamento en el cual el Espíritu de Dios puede darle libertad a la persona.

Pueden recibir una verdadera liberación cuando pasan por el perdón, reconciliación y el escoger amar en vez de odiar.

Es en este punto que el Espíritu de Dios puede ministrar a esa persona.  La gente que tiene esos problemas, no quiere tratar con ellos, pues les resulta muy doloroso, y muchos evitan tocar estas áreas de las heridas, la amargura y odio, las cuales no deben esquivarse, sino tienen que ser enfrentadas.

Tiene que darle tiempo al Espíritu de Dios.  No puede entrar y echar fuera un espíritu de amargura o el demonio de odio, hasta que se enfrente al problema. La liberación no es un substituto para el perdonar, o el confesar nuestras faltas.

El fundamento para la liberación debe ser preparado a través del perdón y el arrepentimiento o confesión de nuestras faltas.  Como dije antes, el fundamento para la liberación debe ser preparado.

En la consejería, si no me encuentro con esto, no prosigo; tenemos que darle tiempo al Espíritu para obrar en esa área, hasta que la persona perdone y desate su odio y amargura.

La amargura sólo puede ser desatada por el perdón, no se le puede echar fuera.  No hay ninguna duda de que el diablo funciona a través de la amargura.  Esta es el fundamento para toda obra demoniaca.

Su ministración no podrá llegar muy lejos ni será efectiva hasta que la persona esté lista para enfrentarse a su amargura y sea desatada a través del perdón.

El perdón es la llave.  La amargura es una condición del corazón y la llave que abre esa puerta es el perdón.

  1. SATANAS ENTRA A UNA PERSONA CUANDO ESTA LE DA LUGAR.

Al tratar con las personas, debe saber que Satanás entra en una persona cuando se le da lugar.

Se que hay cosas que vienen desde la niñez y aun antes de nacer, raíces que fueron plantadas por el enemigo y tiene que ser arrancadas.  Quiero que sepa que la persona siempre será responsable por sus respuestas, sus actitudes y sus acciones.

Debemos ser responsables y reconocer que dimos lugar al diablo.  Efesios 4: 27, dice: “ni deis lugar al diablo”.  ¿A quién se lo dice?  Está escrita a    cristianos, la carta va dirigida a los cristianos de la ciudad de Efeso y les dice que no den lugar al diablo.

En liberación se trata con lo que dio lugar al enemigo, si hay una obra demoniaca o una opresión, entonces tenemos que enfocarnos a lo que le dió lugar.

Esto puede ser el pecado, el tipo de vida que se vive en sensualidad y lascivia, el ocultismo, el orgullo, o la amargura y el rechazo.

Estas son entradas para el diablo y tenemos que tratar con ellas. El cristiano tiene que comprenderlo o qué es lo que este está haciendo en el presente que puede abrir la puerta.  Lo que estoy comunicando en este punto es que el cristiano puede darle lugar a Satanás en su vida.

  1. SE PUEDE ECHAR FUERA EL DEMONIO, PERO NO EL LUGAR QUE SE LE DIO.

Hay ministros que andan buscando demonios y echándolos fuera, pero nunca tratan con lo que le dió ventaja al enemigo.

¿Cómo entró el enemigo y cuál es su estrategia?  Si no se trata con la situación que dio lugar, no va a tener una liberación total sino parcial.

Proverbios 21: 22, dice: “Tomó el sabio la ciudad de los fuertes, y derribó la fuerza en que ella confiaba”.  Es un versículo que enseña los pasos o la forma de proceder en este ministerio de liberación.

Hagamos un dibujo mental, supongamos que aquí hay una ciudad donde hay hombres que construyeron una fortaleza y se encuentran muy seguros ahí, ¿qué haría para entrar?

Dice que un hombre sabio escalará los muros, tratará con las ataduras, destruirá las fortalezas o ataduras en las que confiaban los hombres fuertes.

El diablo construirá fortalezas en la vida de una persona y se fortalecerá en esa área.  Puede detenerse y echar fuera los demonios, pero no será de mucho beneficio hasta que se enfrente con las ataduras.

Si los demonios tienen un lugar, volverán a ese mismo lugar.  Jesús dijo que, al encontrar la casa limpia, Satanás volvería con siete espíritus más y el estado de aquel hombre sería peor que antes.  Debemos tratar con lo que le dio lugar al diablo.

¿Dónde vive, en qué confía, a qué está atado? Si no tratamos con esas áreas la persona no va a tener protección, será más fácil para los espíritus malos obrar.

En conclusión, si no tratamos con esto, no tendremos ayuda permanente.  Tenemos que destruir esas fortalezas y entonces huirá.

He encontrado que, al tratar con los problemas de las personas, donde hay influencias demoniacas, en vez de ir directamente a luchar contra Satanás, lo que hace es tratar con el lugar y con las ataduras.

Al hacer esto, el final será más fácil, ya que demanda a la presencia y poder satánico irse y quebrantar esa atadura.

Quiero que tomen en cuenta que en todo este período he estado mostrándoles acerca de las estrategias del enemigo.  Cómo se esconde y se adhiere a las distintas raíces.

Estoy hablando de problemas de raíces.  ¿Por qué he estado enseñando estas cosas?  Porque al tratar con los problemas puede quebrantar el poder de la opresión del enemigo, pero, si no lo hacemos, ese poder de opresión no se quebrantará.

Como ya mencioné antes, existen grados de liberación.  El grado de liberación está determinado por la cantidad de verdad recibida.

La liberación tiene tres pasos:

  1. a) Presentar la luz y la verdad, o sea discernir la estrategia del enemigo.
  2. b) Permitir al Espíritu ministrar en esa área.
  3. c) Establecer y fortalecer al individuo para que pueda hacer frente en esa área.

Lo que fue construido por el hombre debe ser destruido por el hombre, cuando Satanás no tiene un lugar, entonces tendrá que irse.

El problema que tenemos, en la mayoría de los casos de liberación es que el diablo tiene un lugar.  Puede pasar todo el día echando fuera demonios, pero si él tiene un lugar, el ministerio no va a ser efectivo.

NOTA: Esta enseñanza es parte de mi segundo libro “LAS RAÍCES QUE ATAN”.  Si estas interesado(a) en profundizar tus estudios más en este tema puedes adquirir el libro en www.jimmycoleman.org y llegará el material en formato PDF a tu correo electrónico. Manténganse bendecidos.

 

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